Acompañamiento personalizado en distintas etapas y situaciones vitales.

Infancia
La infancia es un tiempo crucial para el desarrollo de las personas, es el momento de muchos aprendizajes nuevos y las vivencias en este tiempo serán el andamiaje con el que se construirán en el futuro.
Los niños se expresan con el cuerpo, a través del juego, dibujando, pintando, inventando historias… La falta de juego en los niños puede ser indicador de que algo no va bien. El juego es la forma que tienen para conocer el mundo e impregnarse de él haciéndolo propio, y de elaborar todos los nuevos acontecimientos que viven. Sin embargo, no es un tiempo sin dificultades. En esta etapa a veces es más difícil para los padres darse cuenta de lo que les ocurre, porque los niños no hacen un uso del lenguaje para expresarse de la forma en que los adultos lo hacemos.
Los niños tienen preocupaciones y, al no tener acceso a la palabra como los adultos, lo expresan como pueden, de otras maneras, por esto a veces los padres se dan cuenta de que a su hijo le ocurre algo cuando aparecen ya ciertos síntomas, como falta de apetito o voracidad, dificultad en el control de esfínteres, mutismo, insomnio, terrores nocturnos, miedos exacerbados, fobias, rabietas prolongadas, dificultades escolares, falta de atención, cansancio, nerviosismo general, dificultad en las relaciones sociales o familiares… Los padres en estos momentos suelen encontrarse ya preocupados, inquietos, y a la luz de estas conductas es que suelen decidir consultar con un profesional.
Es importante conocer las preocupaciones del niño para entender qué le ocurre, y junto con los padres trabajar para cambiar el malestar, del niño y también de los padres que consultan preocupados. La infancia es una etapa clave de construcción de la persona, un camino que orienta el adulto que será. Es un momento en el que las experiencias y los cambios resultan muy significativos, y la ayuda puede ser fundamental.
La llegada de un hijo es siempre un revuelo, en muchos sentidos. La llegada de este niño, con el que ya se fantasea y a quien uno imagina ya antes de nacer, conlleva muchos cambios en los padres y la vida familiar, algunos esperados y otros no. En ocasiones puede ser muy complicado manejar ciertas situaciones con los hijos, es que a uno no le enseñan a ser padre, y tampoco existen ‘recetas mágicas’ que funcionen siempre. A veces lo que hacíamos en un momento dado, no sirve ahora.
Cada etapa vital conlleva cambios en la relación de los hijos con los padres. No es lo mismo ser padre de un bebé, de un niño, un adolescente, o un adulto. En todo caso, como esas recetas mágicas no están -y si están, pueden no funcionar- en ocasiones los padres no saben qué hacer para ayudar a sus hijos o para tratar con ellos, o se sienten muy preocupados pero no consiguen saber qué les pasa a su hijo.

Adolescencia
La adolescencia es una etapa de la vida que puede llegar a ser muy complicada tanto para el adolescente como para sus padres. La adolescencia es un segundo tiempo muy importante para la constitución de la persona. Es un momento además de transformaciones, a nivel físico, psíquico y también por los cambios que se producen en su medio escolar y social. Con todo esto, en el adolescente se da un cambio de su manera de estar en el mundo, que puede conllevar conflictos y dificultades. A nivel familiar la ‘llegada’ del adolescente implica un cambio a su vez en las relaciones de todos.
La problemática adolescente se vive con intensidad, y puede llevar a situaciones que les ponen en riesgo, sin saber ellos mismos muchas veces qué les pasa o cómo poder cambiarlo.
Algunos motivos de consulta son:
- Dificultad en los estudios
- Dificultad de aprendizaje o atención
- Problemas familiares
- Problemas de la alimentación (anorexia, bulimia)
- Problemas del sueño
- Depresión
- Aislamiento
- Conductas agresivas (hacia los demás o hacia uno mismo)
- Cortes en la piel
- Adicciones
- Problemas o dificultades en las relaciones sociales
- Fobia social
- Bullying
- Ansiedad
- Estrés prolongado
- Falta de motivación general

Adultos
La vida puede llevarnos por muchos derroteros y a veces sin saber bien cómo nos encontramos en situaciones que superan nuestra capacidad.
Tratamos de reponernos, pero hay algo que nos causa gran malestar y que insiste, que no se pasa. Es en este momento que se suele consultar con un profesional, cuando sentimos que hay algo que nos supera y que no podemos solventar por nosotros mismos.
Los motivos de consulta son muy diversos:
- Problemas de pareja
- Separaciones
- Pérdidas
- Problemas sexuales
- Estrés prolongado
- Aislamiento
- Gran tristeza
- Ataques de ansiedad
- Depresión
- Ataques de ira
- Dificultad para trabajar
- Adicciones
- Crisis psicóticas
- Falta de energía o vitalidad
- Falta de interés o motivación general
- Insomnio u otros trastornos del sueño
- Anorexia
- Bulimia
-
Etc.